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lES DEJO UNA RESEÑA DE EL PREDICADOREsa noche de viernes en los alrededores de la Arena México se vivió un ambiente como en pocas ocasiones. No es para menos, 80 años de la mejor lucha libre del mundo no se festejan todos los días.
Una multitud de gente colmó los accesos a la México Catedral para ser testigos de la caída de una máscara de gran jerarquía y abolengo en la lucha libre mexicana. Los involucrados: Atlantis, Último Guerrero, La Sombra y Volador Jr.
En punto de las 8 y media de la noche, las bellas edecanes hicieron su aparición y ejecutaron un número de baile muy cachondón. Obviamente los silbidos y miradas lascivas de los caballeros no se hicieron esperar. Ya calientito el ambiente y con unos pocos huecos en la arena, comienzó la primera lucha.
Una batalla de corte internacional, México contra Japón.
Representado a los nacionales salieron al tapiz Stuka Jr., Rey Cometa y Fuego, mientras que por los nipones arribaron Okumura, Namajague y IIshi, nipón que hizo gala de su fortaleza, y aunque los mexicanos buscaron ganar la lucha con lances y llaves espectaculares, el triunfo esta vez fue para los foráneos.
Los abucheos no se hicieron esperar, y las mentadas de madre a los japoneses se escuchaban con todo, saliendo a relucir el nacionalismo, a propósito de las fiestas patrias
Segunda Lucha
Ya con una Arena México hasta el gorro de gente, inició la segunda lucha donde la picardía y el humor de
Súper Porky y su vástago Máximo, hicieron las delicias del respetable.
Aunque Brazo de Plata ya no es aquel salvaje y ágil luchador de los 80’s y 90’s, su carisma y ganas de seguir luchando hacen que el público le aplaudiera cada uno de sus movimientos, inclusive se dio el lujo de ejecutar una vistosa plancha entre segunda y tercera cuerda, cayendo con todo su tonelaje sobre sus rivales bajo el ring.
A pesar de esto, el bando de los limpios cargó con la derrota. Sus verdugos: Mephisto, Niebla Roja y Euforia.
El ambiente en el coso de la doctores era inmejorable, gritos y porras se escucharon en distintos frentes, expectantes al duelo de máscaras, mientras tanto, dio inicio la tercera batalla de la noche.
En una lucha de tercias increíbles, Terrible, Negro Casas y Shocker, buscaron humillar al luchador más odiado de la actualidad, Rush.
El toro blanco se hizo acompañar por el favorito de las damas, Marco Corleone y por una estrella la cual va en ascenso dentro del CMLL, el imponente Vangellys.
La lucha estuvo muy lejos de la técnica, dominando la lucha recia, llena de golpes secos y azotones, culminando de manera polémica, cuando Rush colocó de espaldas planas al Negro 4:40, pero con la ayuda de las cuerdas, cosa que el referí no detectó, cayendo sobre su persona una carretada de abucheos y mentadas.
Llegó una de las luchas más esperadas, Averno y Blue Panther se jugaban las cabelleras, con la regla de que el ganador debía ganar por la vía de la rendición, es decir, mediante una llave de sumisión.
Las llaves y contrallaves fueron la tónica de toda la batalla, ambos luchadores no desentonaron y derrocharon toda su calidad, aunque el maestro lagunero dominó casi toda la lucha, mostrando en cada tope y cada lance el porqué se le considera un maestro en el arte del catch. La gran mayoría del público coreo el nombre de ¡Panther, Panther!
Pero tristemente y a pesar de su dominio, Averno sacó el colmillo y con una dolorosa llave al cuello y espalda, arrancó la rendición de felino. La gente mostró su descontento, pero Panther, como todo un profesional, pagó tributo y dejó que el señor Peñaloza rapara su cabeza hasta quedar pelón.
Toda la velada iba miel sobre hojuelas, la arena era una hervidero de emociones, el cual combinado con otro baile de las bellas chicas, llevaron al inmueble a un estado de ebullición.
Fue entonces cuando comenzó el duelo esperado, el de relevos increíbles.
Los primeros en salir fueron la dupla de leyendas, Atlantis y Último Guerrero, seguidos de las dos estrellas de la actualidad, La Sombra, quien sorpresivamente recibió una marea de abucheos a los cuales no está acostumbrado y el más aclamado de la noche, Volador Jr.
Comenzó la batalla a una caída, los ganadores tendrá la oportunidad de dar a conocer a su más acérrimo rival.
Los consagrados dominaban la batalla, como cuando formaban una de las duplas más imbatibles de los últimos años, Los Guerreros de la Atlantida. La gente en su gran mayoría los apoyaba, pues quieranver el esperado duelo de apuestas entre estos dos figurones.
Pero, lo indeseable por toda la Arena México ocurrió.
Volador y Sombra reviraron a los ataques de los excompadres y con un potente suplex y un devastador Spanish Fly, daban cuenta de las leyendas y con ello, el descontento y la furia de la afición no se hizo esperar. Los gritos de ¡FRAUDE, FRAUDE! comenzaban a escucharse con más fuerza.
Francamente no se entiende el porqué esta actitud, si las reglas eran muy claras: pareja que ganara, pareja que se jugará las máscaras a dos de tres caídas.
Mientras los ganadores salieron rumbo a vestidores a descansar, la afición siguió descargando toda su ira con el grito de fraude e inclusive, algunos sectores corearon el nombre de la empresa antagonista por excelencia a la voz de ¡Triple A, Triple A!
Enseguida comenzó la batalla semifinal de la función, la cual fue de campeonato mundial de tercias.
Pero poco importó a la afición esta lucha, a pesar de contar con la presencia del espectacular Místico (II) y sus aliados Máscara Dorada y Valiente.
La lucha transcurrió, pero la molestia y reclamos de la tribuna eran aun más evidentes, tan es así que ni los lances espectaculares de los técnicos, ni el acoplamiento rudo pudieron con el enojo de la afición, la cual se sintió engañada y peor aún, se quedó con las ganas de ver Atlantis vs Último Guerrero máscara vs máscara.
Terminó la lucha a favor de los limpios, pero eso a nadie le importó, pues el enojo y la desilusión dominaron en el ambiente, el cual había dejado de ser de fiesta y celebración.
Llegó la lucha de máscaras y los abucheos llegaron cual taladro, sonando en toda la arena.
El primero en descender la escalinata fue la Sombra, quien de ser uno de los luchadores más queridos, pasó a ser el más odiado por toda la grada, siendo Volador Jr. quien recibió todo el apoyo y el aliento de un público molesto e indignado, pero que deseaba verlo ganar.
La lucha fue un homenaje a la lucha libre actual, espectacular, llena de lances y castigos de poder, tanto dentro como fuera del ring.
Después de una caída para cada luchador, comenzó el largo y emocionante camino por la tercera caída. Ambos gladiadores ejecutaron un castigo tras otro, desnucadoras, tijeras, patadas voladoras, vuelos y azotones hicieron vibra de emoción al público, quienes cedieron en sus protestas y volcaron todo su apoyo al Depredador del aire.
Después de varios toques de espaldas y del grito ahogado de la afición por el conteo hasta dos, el desenlace llegó cuando La Sombra tomó al Volador desde el esquinero y ejecutó una variante de martinete volado, castigo fortísimo que Volador Jr. ya no pudo soportar.
Entonces la gente comenzó a gritar enardecida sin cesar, como dice la Sonora Santanera, aventando toda clase de objetos hacia el ring, mientras La Sombra festejaba su triunfo, aunque era evidente que no lo disfrutó del todo, ya que se llevaba no sólo la máscara de un grande, sino también el odio de millones de aficionados, tanto en la arena y quienes vieron la función en internet desde sus casas.
De esta forma, Volador Jr, el ídolo más grande de la actualidad dio a conocer su rostro y nombre de pila, Ramón Ibarra Rivera, con 17 años de luchador profesional y originario de Monclova, Coahuila.
Con esto concluyó una de las funciones más esperadas del año, aunque tristemente para muchos tuvo un final decepcionante, el cual seguramente traerá consecuencias desfavorables para la empresa más añeja de lucha libre en el mundo, el Consejo Mundial de Lucha Libre.
Fuente: El Predicador
Fotos: Gonzalo López Peralta/yahoo Deportes, Alexis Salazar/CMLL
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