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El próximo año se cumplirá una década de que el CMLL decidió revivir a su campeonato mundial femenil, momento que marco oficialmente el regreso de las mujeres a las cartelas del CMLL como un elemento imprescindible en las mismas. Durante este periodo de tiempo, en su mayoría afortunado, hemos visto desfilar por los pasillos de las arenas México y Coliseo a muchas luchadoras; algunas de ellas triunfaron, otras, ante la falta de oportunidades y/o talento, salieron de la empresa y no pocas descubrieron que la lucha libre definitivamente no era lo suyo.
A la fecha subsisten los problemas históricos de la división; el trato desigual con respecto a sus colegas masculinos, el acoso, la falta de oportunidades para encabezar eventos estelares -ya ni decir una temporada-. Circunstancias que debieran de pertenecer a un vergonzoso pasado pero que, tal y como sucede en muchas áreas laborales de México, continúan siendo un tema vigente. Este tipo de problemas subsisten, y seguirán subsistiendo durante un buen tiempo, hasta que las nuevas generaciones abandonen por completo estos actos discriminatorios que, lamentablemente, son muy propios de la cultura mexicana.
Dicho lo anterior y aceptando en primer termino que durante mucho tiempo han sido de lo mejor de la empresa, me gustaría hablar de aspectos de programación alrededor de las amazonas, pues considero que en esa área se han cometido algunos errores, pues no se han cumplido con varias metas trazadas, tal y como ahondare líneas mas adelante.
A lo largo de este periodo solo dos luchadoras han cargado con el peso de la división, Marcela y Amapola, decisión que es incuestionable pues dado la categoría de ambas y el prestigio que le dieron a las amazonas, nadie en su sano juicio podría reprochar su rol de lideres. Los reinados de Marcela y Amapola han sido, en su mayoría, muy afortunados y junto con el de Hiroka así como las apariciones de Ayumi y Ray en los inicios de la sociedad con REINA, me han parecido de lo mejor que hemos visto en la categoría durante estos años. Reitero, su protagonismo no es cuestionable, lo que si lo es, es la falta de relevo generacional, pues a diferencia de los hombres y por tratarse de un numero menor de integrantes, la división femenil reciente como ninguna otra a la toma de malas decisiones.
En su momento, para encabezar la alternancia, se antojaban evidentes las opciones de Sugeith, Dark Angel e Hiroka, pero poco a poco, por circunstancias diversas, no fueron utilizadas como tales, aunque en el caso de la nipona habían quedado claros los beneficios de alternar reinados y a luchadoras de distintas generaciones. El inesperado retiro de Hiroka pareció reforzar de cara a los programadores la idea de mantener, sin vísperas a la renovación, al duopolio femenil y así continuaron las cosas durante años, hasta que por fin en 2013 se vieron los esbozos de la anhelada alternancia. Lamentablemente, los nombres elegidos para dicha alternancia fueron los de luchadoras cuyo rango de edad es cercano al de las de primera generación, y no solo eso, sino también con menos talento luchistico, hecho que no nos permite hablar de un relevo a plenitud, sino de un reparto de cuotas.
La femenil es una categoría con pocas integrantes, y por ello, las reglas de promoción para ellas son muy diferentes a la de los varones. Aquí no es dable promoverlas alrededor de luchas de máscaras o cabelleras, no, con ellas la promoción debe de ser alrededor de los campeonatos de modo que el mayor número de luchadoras tengan la oportunidad de tener un rol destacado ¿porque no se ha hecho así? No lo se. Esta falta de promoción alrededor de los títulos se acentúa ahora que en el CMLL hay mas campeonatos para las mujeres -incluso uno de parejas-, y sin embargo, los principales títulos solo están al acceso de dos o tres luchadoras, nada más -el duopolio seria incuestionable sii hubiera variedad en el número de las retadoras-.
A veces da la impresión de que un proyecto se abandona al primer incidente que complique su desarrollo, un proyecto malogrado es excusa mas que suficiente para abortarlo de inmediato, y no solo eso, también es una excusa para ya no intentar el mismo proyecto pero con otras luchadoras y por ello optan por seguir promoviendo con "el librito". La falta de toma de riesgos repercute en el proyecto, se van a lo probado, la apuesta fácil, aunque el tiempo, ese que al parecer muchos en esta industria creen que no pasa en vano, si que deja sus secuelas, pues las oportunidades no regresan.
Un punto altamente cuestionable es que si bien es cierto que por lo que respecta a la división masculina los lazos internacionales están rotos -a excepción de NJPW- no menos cierto es que esto no sucede con las mujeres, en donde los puentes están abiertos y pese a ello el número de importaciones es mínimo, Incomprensible.
El CMLL tiene varias deudas pendientes; lograr una adecuada alternancia en sus luchadoras, el desarrollo de su propia "sex symbol", el apoyo a novatas, el relevo generacional y el encuentro de luchadoras con más carisma. En el elenco actual hay muchas luchadoras que pudieran cubrir cada uno de esos roles, lo que falta señores es visión y paciencia, nada más. Vemos con cierta preocupación que muchas están creando su prestigio, su estilo e historia, fuera de las arenas del CMLL, lo están haciendo en Japón, en donde pese a trabajar para una modesta empresa, en no pocos casos ya gozan de mayor cartel en el extranjero que en su propio país, y eso es algo que el CMLL no se puede permitir.
Las circunstancias no nos permitieron ver a Amapola y a Marcela en su juventud, el éxito y esta movimiento de amazonas que les toco encabezar les llego cerca de los 35 años y eso es algo que no se puede repetir, más aun cuando las circunstancias son opuestas. Con aquellas no había foro, no había proyecto, ni siquiera había una división femenil en la empresa, ahora hay condiciones para que la historia no se repita y se puedan aprovechar y disfrutar a las luchadoras en todas y cada una de sus etapas.
No esperemos a que, en lo que parece una suerte de derecho de piso, se tenga que llegar a esa edad para recibir una oportunidad, pues si bien es cierto que las veteranas merecen respeto a sus trayectorias no menos cierto es que la gente de atrás también merece una oportunidad. Las posibilidades son altas, y la solución no es nada compleja; encontrar un punto intermedio entre el respeto a las trayectorias y las oportunidades a nuevos elementos, si se hace así, el elenco adquiere un valor agregad y tiene mucho más que ofrecer. El reducido miembro de amazonas no debiera estar peleada con la variedad, hay material de sobra, falta continuidad, paciencia, y sobre todo, luchar contra las políticas de escritorio.
Alternancia es la palabra.
A veces da la impresión de que un proyecto se abandona al primer incidente que complique su desarrollo, un proyecto malogrado es excusa mas que suficiente para abortarlo de inmediato, y no solo eso, también es una excusa para ya no intentar el mismo proyecto pero con otras luchadoras y por ello optan por seguir promoviendo con "el librito". La falta de toma de riesgos repercute en el proyecto, se van a lo probado, la apuesta fácil, aunque el tiempo, ese que al parecer muchos en esta industria creen que no pasa en vano, si que deja sus secuelas, pues las oportunidades no regresan.
Un punto altamente cuestionable es que si bien es cierto que por lo que respecta a la división masculina los lazos internacionales están rotos -a excepción de NJPW- no menos cierto es que esto no sucede con las mujeres, en donde los puentes están abiertos y pese a ello el número de importaciones es mínimo, Incomprensible.
El CMLL tiene varias deudas pendientes; lograr una adecuada alternancia en sus luchadoras, el desarrollo de su propia "sex symbol", el apoyo a novatas, el relevo generacional y el encuentro de luchadoras con más carisma. En el elenco actual hay muchas luchadoras que pudieran cubrir cada uno de esos roles, lo que falta señores es visión y paciencia, nada más. Vemos con cierta preocupación que muchas están creando su prestigio, su estilo e historia, fuera de las arenas del CMLL, lo están haciendo en Japón, en donde pese a trabajar para una modesta empresa, en no pocos casos ya gozan de mayor cartel en el extranjero que en su propio país, y eso es algo que el CMLL no se puede permitir.
Las circunstancias no nos permitieron ver a Amapola y a Marcela en su juventud, el éxito y esta movimiento de amazonas que les toco encabezar les llego cerca de los 35 años y eso es algo que no se puede repetir, más aun cuando las circunstancias son opuestas. Con aquellas no había foro, no había proyecto, ni siquiera había una división femenil en la empresa, ahora hay condiciones para que la historia no se repita y se puedan aprovechar y disfrutar a las luchadoras en todas y cada una de sus etapas.
No esperemos a que, en lo que parece una suerte de derecho de piso, se tenga que llegar a esa edad para recibir una oportunidad, pues si bien es cierto que las veteranas merecen respeto a sus trayectorias no menos cierto es que la gente de atrás también merece una oportunidad. Las posibilidades son altas, y la solución no es nada compleja; encontrar un punto intermedio entre el respeto a las trayectorias y las oportunidades a nuevos elementos, si se hace así, el elenco adquiere un valor agregad y tiene mucho más que ofrecer. El reducido miembro de amazonas no debiera estar peleada con la variedad, hay material de sobra, falta continuidad, paciencia, y sobre todo, luchar contra las políticas de escritorio.
Alternancia es la palabra.
Fotos: Takehisa Aoikougei Kashima, Yahoo! Sports/Gonzalo Lopez Peralta.
Fuente: Cesar/La catedral de la Lucha Libre
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