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"Son rivales que tengo en mi mente, en el 2012 voy a buscar un duelo directo contra ellas, para demostrar porqué soy la número uno en el CMLL".
Está agradecida con el Consejo, donde encontró un lugar y respeto, "no es fácil llegar pero cuando lo haces tienes todo para triunfar, la que no aprovecha es por floja y falta de responsabilidad como profesionales".
Pero en el camino ha sacrificado familia e hijos, no estar con ellos han sido lo más duro, "ha valido la pena y cuento con su apoyo para seguir. Es difícil ser mujer en la lucha libre, como madre tienes que dejar todo, afortunadamente me mantengo y eso es lo más importante para mi".
Sus hijos son su mayor motivación, y aunque al mayor de ellos la lucha no le interesa, "mi hija está bien metida en esto, le gusta entrenar y me da consejos sobre cómo lucho y los equipos que utilizo. Pero son reservados y tranquilos en cuanto a la profesión de su madre".
Ella se califica como una mamá paciente, que regaña pero sin gritos, "dice mi mamá que son muy noble en ese aspecto, soy técnica en todas partes".
Alejada del ring, es en la cocina donde da sus mejores luchas: "Soy muy buena en la cocina, me fascina hacer pechuga rellena de jamón con queso y las enchiladas verdes me matan".
Mujer de retos en el ring y en la vida, Marcela no sacia su hambre de triunfo: "Quiero la cabellera de Tiffany y la máscara de Princesa Sujei, no me importan rudas o técnicas", reiteró la morenaza.
Por cierto que, la malosa Tiffany regresó a la actividad sobre los cuadriláteros luego de una severa lesión y está dispuesta a apostar su greña; este viernes se medirán en relevos australianos, la científica hará equipo con Estrellita y Siueta para Amapola, La Comandante y Tiffany, en la arena México.
Fuente: El Universal
Foto: CMLL
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