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El miedo es el gran enemigo del ser humano. Esta emoción impide ser feliz, lograr objetivos, cumplir promesas, aventurarse a nuevas experiencias, en fin, es el más duro obstáculo que podemos enfrentar día con día. Sin embargo, los triunfadores se las ingenian para dominarlo y luego vencerlo, algo que Atlantis mostró en el 82 aniversario de la Lucha Libre en México.
Y es que previo a la pelea, el Ídolo de los Niños lucía temeroso, inseguro, desconfiado, pues enfrente tendría a La Sombra, un joven con experiencia y un físico envidiable que quería quitarle su máscara, esa que significa la mitad de su vida y le ha costado 33 años cuidarla y colocarla cómo la más importante del CMLL.
Pero la hora llegó y Atlantis tenía su cita mortal ante el joven estrella líder de Los Ingobernables; una cita que nadie quería tener, que todos temían y que se sentía en la afición, pues el nervio en las inmediaciones de la Arena México se percibía a metros de distancia, no había el júbilo de otros aniversarios, esta vez era todo distinto, la afición lucía ‘apagada’, cómo si un mal augurio rondara para el Hombre de la Atlántida, el ser más querido y mimado del país.
Pero la fidelidad, la esperanza y la fe pueden más que cualquier temor, por ello la gente se fue juntando poco a poco para darle a Atlantis la inyección anímica que tanto necesitaba: ya tenía el