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Oro fue una estrella desde que inició su carrera, revolucionó el arte de la lucha libre y vio cortada su carrera de esa desafortunada manera. Así de simple y así de complejo pero la de Oro es una carrera, situaciones y un legado de los cuales nunca acabaríamos de hablar. No fue el primer luchador en morir joven y en la plenitud de su carrera, tampoco el primero en perder la vida en el ring, pero si es el luchador que al fallecer se instaló en la memoria de los aficionados de manera permanente.
Oro murió muy joven y sobre el ring de manera súbita y trágica pero ese no es el hecho más relevante de su carrera, sobre todo, fue el luchador que más logros tuvo en menos tiempo además de ser quien mayor legado ha dejado a los gladiadores que después de él han pisado los rings mexicanos pues definió y aportó con un estilo propio a la lucha libre del cual los luchadores aéreos actuales han sido influidos directa o indirectamente, la mayoría de ellos soñaban con el día en que lograran ejecutar un mortal o un lance con la precisión y espectacularidad con la que lo hacía Oro.
Hijo del luchador Calavera II quien le enseñó las bases de la lucha libre y después fue pulido por el
Diablo Velasco. Formó parte de la facción de los Metales con su hermano de Plata acompañados por Platino, desde su debut a finales de 1990, lograron ser una sociedad tan espectacular como efectiva.
Posteriormente tomó distancia de la sociedad de los Metales para emprender proyectos y rivalidades por su cuenta, se hizo merecedor del mote del “Suicida del Ring” por la valentía y destreza de sus ejecuciones. Tuvo como rivales a luchadores muy fuertes como Kahoz y Mano Negra éste último a quien arrebató el prestigiado Campeonato Mundial Medio de la NWA y con quien se esperaba que se pactaría la lucha de máscara contra máscara. Su carrera subió como la espuma y eso le valió que fuera llamado para presentarse en Japón y luchar haciendo sociedad con Último Dragón y Mil Máscaras causando gran revuelo en el lejano oriente.
En los últimos meses de su carrera tenía algunos problemas de salud por lo que él ya pensaba en la posibilidad del retiro, se sometió a algunos exámenes médicos y esperaba la interpretación médica cosa que no ocurrió pues el 26 de octubre de 1994 cuando en la lucha estelar de la Arena Coliseo Oro tuvo de compañeros a Súper Porky y La Fiera para enfrentar a Dr. Wagner Jr., Jaque Mate y Kahoz, después de haber luchado pocos minutos, estaba fuera del ring se desvaneció, de inmediato fue llevado en camilla a los vestidores de la Arena Coliseo para recibir atención médica pero el mal ya estaba muy avanzado, la vida se le escapó en la ambulancia de camino al hospital.
En ese momento ya era una realidad consagrada, con sólo cuatro años de carrera su profesionalismo, habilidad y espectacularidad habían dejaron honda huella en cada presentación. Reconocido, respetado y admirado, por aficionados y compañeros de trabajo, era todo un ejemplo dentro y fuera del ring ya que a pesar de estar en la cumbre de la lucha libre mexicana era una persona humilde que nunca perdió el piso ni dejó de aprender tanto de la lucha libre como de la vida. Dejó la piel en cada combate pues luchaba con una entrega y pasión pocas veces vistas pero desgraciadamente la lucha libre le cobró la factura más alta que puede haber, la propia vida.
Fuente: CMLL
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