viernes, 27 de enero de 2012

A Shocker el CMLL lo tiene castigado

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Hoy continuamos con la historia de Shocker, el mil por ciento guapo. Ya nos enteramos de sus inicios como luchador olímpico, la influencia que tuvo su padre, el Pato Soria, para que decidiera ser gladiador, su debut en el CMLL y lo complicado que fue ganarse un lugar en la empresa. También nos trasladamos a sus grandes victorias, que fueron las máscaras de Kahoz y Rey Bucanero, así como su derrota contra Mr. Niebla, que marcó el nacimiento del mil por ciento guapo...

Pero ¿por qué el guapo, Shocker?


“Lo que se ve no se juzga, lo de guapo es por el Negro Casas, ya que siempre se refería a mí como el guapo, y de ahí, al perder la máscara me puse el mil por ciento guapo”.
Los éxitos no se hicieron esperar, pues la popularidad del recién destapado estaba por los cielos. Triunfos y fama eran el pan de cada día en la historia del luchador, pero cuando todo parecía miel sobre hojuelas Shocker dejó el Consejo para emigrar a la Triple A, en la que su paso no fue lo mejor, según reconoce él mismo:

“En Triple A me fue bien, aunque me pudo ir mejor, pues siendo honestos creí tenerlo todo y comencé a echar un poco la flojera, no era el Shocker de antes”.

Y, ahora, retomar su lugar le ha costado más trabajo de lo que él pensaba:
“No he tenido la oportunidad de mantenerme, pues me echo mucho en mis laureles. Me da igual, me confío en mi buena fortuna y me despreocupo”.

La fama que Jaír Soria ha ganado no ha sido fácil de sobrellevar, pues en ocasiones ha perdido el piso, y no solo eso.
“No es fácil la vida del luchador. Sí han existido problemas, pues hay mucha gente que te invita a echar relajo y llegan los excesos, mismos por los cuales yo me separé de una relación anterior y que me hizo tocar fondo al grado de estar en el piso”.

Y es que, en ocasiones, la nostalgia ha llevado al guapo a caer en las garras del alcohol.
“Mira, sobre el alcohol... yo no soy un bebedor fuerte, no soy un alcohólico que se pueda tomar cuarenta botellas, de hecho yo me pongo borracho con una botella; yo no sé tomar y ni quiero aprender, tan solo soy una persona que se pasa con una botella mucho rato”.

Y es que caer en “el vicio” no es fácil para un deportista de alto rendimiento, y mucho menos para una figura pública como lo es Shocker.

“A mí me da mucha pena estar tomado, no me gusta que la gente me vea alcoholizado. Me han visto, pero bueno, ya cuando estás pedo ya qué puedes hacer. Lo peor que me puede pasar es tomar solo, pues se siente muy fea la soledad”.

La imagen extrovertida que Shocker encarna arriba del cuadrilátero difiere de la personalidad de Jaír Soria debajo de los encordados.

“Soy un tipo muy solitario, las cosas que a mí me pasan solo me las quedo para mí, no se las platico a nadie, a pesar de tener mi psicóloga de cabecera. No se las voy a contar, y es que he tenido una vida muy rara, pues en mí influye mucho el que fui marino, y al verte con esa imagen dices: yo tengo que salir adelante, y me levanto y comienzo nuevamente".

Las repercusiones sobre los excesos en los que ha llegado a caer Shocker no se han hecho esperar, por lo que en estos momentos continúa castigado en el CMLL.

“Sí, estoy castigado en el Consejo, esto fue por lo mismo de la bebida, ya que falté a una función en la arena Coliseo, en noviembre. Y no te voy a mentir, algún día subí tomado a luchar, pero comprendí que el público se merece un respeto.

“Pero Dios sabe por qué hace las cosas, pues en estos momentos me estoy dedicando a mi negocio, que poco a poco va subiendo. Eso sí, todavía quiero dedicarme a la lucha libre, me ha dado mucho, no quiero ser malagradecido, y creo que todavía me quedan tres o cuatro años más de triunfos”.

Sobre el nacimiento de su negocio, un restaurante que se llama El Che Guapo, Jaír, motivado, relata:

“El Che Guapo nace porque yo soy carnívoro, me encanta la comida argentina y siempre tuve la ilusión de tener un negocio de esto. Me junté con un amigo que fue mi socio, él nos enseñó a preparar algunos cortes, la idea eran tacos de cortes finos, pero al parecer gustaron más los cortes, por lo que así se quedó.

"Le hemos batallado, pero el negocio va muy bien, por lo que ya abrimos otra sucursal en Santa María la Ribera y hay muchos planes para esto.

“Para el negocio lo importante es la gente, pues en ocasiones hay gente que se va mentándote la madre, en el primer negocio nos pasó, fue una locura, pues es un lugar muy pequeño y teníamos mucha gente”.

Respecto a las secuelas de la lucha libre en la humanidad de nuestro protagonista y su lesión, este comenta, con el dolor plasmado en sus ojos:

“Las lesiones son muy complicadas. Un día en Acapulco se me volteó el brazo completamente, pero era tanta la adrenalina que me lo acomodé, lo vendé y salí a luchar. La lesión en la rodilla va poco a poco, todavía cojeo debido a que me dejaron la rótula unos centímetros arriba, pero sigo trabajando, he engordado mucho, mi metabolismo ya no es el mismo, pues tengo cuarenta años.

“Además, uno de mis más grandes proyectos es tener un hijo, estoy en un tratamiento y creo que eso me hará sentar cabeza, pues ya hice y deshice. Y si el tratamiento no pega estoy dispuesto a adoptar”.
Con toda la autoridad que tiene para hablar de las nuevas generaciones en la lucha libre, Shocker es tajante sobre los nuevos valores:

“En mi forma de ver la lucha libre, la espectacularidad, en lugar de ayudarla, la merma porque es lucha. Si quisiera ver voladores me voy al circo, la gente quiere ver enfrentamientos, la lucha debe ser más contacto, correr, planchar, brincar, codazos, castigos, eso es más creíble.

“De hecho, muchos alumnos me han llegado a odiar, pues dicen que soy un militar, pero las nuevas generaciones ya tienen todo a la mano, además de que siempre lo he dicho: para ser un luchador hay que parecerlo”.

Respecto a ello, el final del mil por ciento guapo no está lejos:             “En esta vida nadie es reemplazable ni indispensable, cada quien tiene su propio ángel. Habrá jóvenes que se pinten el cabello y digan que son guapos y tal vez lo sean, pero jamás serán mil por cinto guapos”.

¿Qué significa para Shocker?

Negro Casas: "Mi maestro".
Último Guerrero: "Mi más grande rival".
CMLL: "Mi casa".
AAA: "Excelente empresa".
Lucha libre: "Mi vida".
Pato Soria: "Mi ídolo".
El Che Guapo: "El mejor".
Shocker: "Mi otro yo".
Jaír: "Un ser noble".


Fuente: Ooorale
Foto: CMLL
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