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Fuente: Cesar/Los Coliseinos
Hace poco vi en Facebook una fotografía de un par de luchadores bañados en sangre y revisando los comentarios vi un par que llamaron mi atención; "ojalá hubiera más luchas así" y "me gustaría ver este tipo de luchas en el CMLL". Los autores de los comentarios viven en un lugares muy distantes de aquel en donde se celebro la función, es decir, no vieron la lucha, no saben si fue buena o mala, simplemente, tal y como sucede a menudo, a partir de una fotografía de "nota roja" prejuzgan que la existencia de un corte implica la existencia de una lucha de alto nivel.
La buena lucha se debe juzgar por los elementos técnicos que presenta, por su sentido del drama, por la inteligencia en su desarrollo, su ritmo y propuesta, no por la cantidad de sangre o el tamaño de una herida.
De verdad no hay diferencia entre el escupitajo de Mr. Niebla, los bailes de Latin Lover y los besos de Máximo con esos luchadores que siempre buscan un corte, no la hay, son recursos baratos, fórmulas probadas que producen un aplauso instantáneo. Escupitajo, bailes, besos y sangre no sirven de nada si no se acompañan de una propuesta en el ring, ojo, una lucha cómica, una buena lucha cómica, puede ser superior a una lucha con dos tipos bañados en sangre ¿lo dudan? vean lucha libre y verán que no solo es posible, sino que pasa con frecuencia. Sangre, bailes, escupitajo, besos, parafernalia, etc., son meros recursos, no son la esencia del espectáculo, son elementos accesorios, y lamentablemente, la sangre, cuando no se justifica ni se acompaña de calidad en el ring, es el más burdo de todos estos recursos, el más tramposo.
No es casualidad que en la mayoría de las listas de "mejor luchador del año" y "mejor lucha del año" que son